jueves, 19 de noviembre de 2009

Escapada por Andalucia. 2ª parte

El sol y un vecino paseando su mascota los llaman a las 8:30h. Recogen bártulos y se disponen a desayunar con una buena cantidad de churros en la plaza. La simpática churrera, una mujer entrada en años, se admira al escuchar las intenciones del viaje y accede a fotografiarse como parte de la aventura de estos locos moteros.
Visitan la población, histórica y romana, con abundantes monumentos bien conservados, murallas, teatro romano, necrópolis romana, plaza de abasto porticado del SXIX, iglesias, conventos… y un estupendo parador nacional con unas increíbles vistas de los campos vecinos.
En Morón de la Frontera paran para refrescarse un poco, hace calor y es necesario hidratarse. El bar en el que paran posiblemente sea la última vez que lo vuelvan a visitar, se trata de la cervecería Dopino, mal servidos, nada de educación, sin aperitivo y en los servicios… mejor no entrar. Toman dirección Coripe y tras pasar esta población el paisaje se vuelve salvaje con una excepcionales sierras que rascan las nubes. Espectacular este tramo y en el fondo del valle una antigua línea de tren deja ensimismarse a los senderistas y cicloturistas que hoy recorren esta vía verde. La subida al puerto es otro tramo con unas impresionantes vistas y curvas. Un grupo de buitres vuelan en círculos en estos cielos andaluces.
En Olvera localidad fronteriza entre Sevilla y Cádiz hacen una nueva parada para contemplar y admirar esta población. Su imponente castillo y su espectacular iglesia que llama la atención desde la lejanía. Se aventuran por sus empinadas callejuelas y quedan sorprendido de la belleza que esconde. Tapean en el bar “Mi pueblo” y se dejan recomendar por el camarero, quedan sorprendidos por su buena cocina y diligencia en el servir. No pasan desapercibidas las motos que cargadas con el equipaje están paradas a la sombra en la plaza. Niños curioseando, mayores observando y comentando, chicas que se fotografían subidas o apoyadas en ellas, la mirada furtiva del que va o viene.
La carretera se estrecha pero el firme no es malo. Poco apoco se adentran en la provincia de Cádiz. El paisaje se cierra por cárcavas milenarias. De pronto surge Setenil de las Bodegas. Sencillamente impresionante población donde el agua ha ido esculpiendo un bello paraje que el hombre ha sabido aprovechar. Construcciones que aprovechan la oquedad que el río Guadalporcún ha ido lamiendo lentamente en la roca para dejar este bellísimo enclave tal como hoy lo disfrutamos. Son las 15:16h. comen en la población en la terraza del bar Domínguez. Buena cocina y nada caro mientras las sombras juguetean con las edificaciones confiriendo a estas callejuelas un irrefutable carisma
Cambian de lugar y toman asiento en una de las calles más turística de la población, Cuevas de Sol. Allí dejan pasar la tarde saboreando un café mientras disfrutan con las correrías de unos niños que juguetean en esta tranquila calle. Visitan el resto de la población y parten con sus máquinas hacia Ronda situada en Málaga. Allí se detienen en su monumento mas conocido, el Puente Nuevo que une ambas márgenes de la garganta del Tajo. Coinciden con otros moteros que visitan la población quienes les informan de los mejores puntos de la provincia. No importa, ellos continúan fieles a la idea original de su viaje: donde la carretera los lleve, y así lo hacen. A la salida de la población se para a ver un rolls royce parado a la puerta de la Colegiata y al acercarse un grupo de japoneses los fotografían mientras se acercan. Al estacionar las motos se centran en ellas.
Parten en esta ocasión cruzando Ronda y toman una carretera de montaña dirección Gaucín. No saben que no hay gasolineras en esta ruta y llegan al límite al llegar a esta población. La carretera es solitaria, con muchas curvas y buen firme. Como de costumbre la luna les saluda al poco de abandonar Ronda y es su compañera casi todo el trayecto. Entre tanto y viendo lo vacio de sus depósitos albergan la idea de pernoctar en estas sierras, por fortuna Gaucín les sale al paso para alivio suyo. Paran en el “Molino del Conde” con la intención de cenar. El lugar un encanto y con un ambiente acogedor pero algo caro para ellos. Finalmente paran en la Estación de San Roque en el asador “Come y Calla” y se sirven unas patatas asadas rellenas, chipirones rellenos y panceta asada con 2 coca colas. No son capaces de terminar con todo. Nuevamente subidos en sus máquinas parten hacia Algeciras, es noche cerrada y hace un poco de fresco, pero no se amilanan y enfilan nuevamente la carretera donde llegan una hora y media mas tarde. No encuentran un sitio que les guste para plantar la tienda de campaña y deciden continuar hacia Tarifa.
A unos 4 kilometros de Algeciras ven a una mujer tirada en la cuneta, consultándose deciden dar la vuelta y ver que ocurre. Se les ponen los pelos como escarpias al escuchar de labios de la chica que la han tirado de un vehículo en marcha tras un intento de violación. Mientras conversan con ella intentando tranquilizarla aparece una dotación de la Policía Nacional que se hace cargo de la situación, un par de minutos después llega otro de la policía Municipal, preguntando si pueden continuar viaje contestan que si. La chica visiblemente emocionada se les acerca, les da las gracias y les desea buen viaje.
El mar, ven al fondo las costas de Africa iluminadas por las bombillas de los pueblos costeros. Entre España y Marruecos surcan como gusanos luminosos multitud de barcos mercantes en uno y en otro sentido. Buscan el primer camino a la derecha pero no pueden pernoctar, es zona militar y está prohibido. En esta ocasión encuentran hospedaje en el primer camino a la izquierda que ven. Montan la tienda, se acicalan para dormir y no pueden olvidar el rostro de la chica cuando pararon a socorrerla mientras contemplan el mar y aspiran ese olor característico que desprende. Se quedan dormidos oyendo las sirenas de los buques y el sonido de las olas rompiendo en los acantilados.
Continuará…



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