jueves, 27 de agosto de 2009

De guarritos va la cosa...

Pues si, de guarritos va. Los confederados organizaron el domingo pasado una ruta para ver el castillo de Higuera de Vargas y terminar en la Parra comiéndonos un guarrito, cortesía del señor alcalde de la localidad. El guarrito estaba de escándalo y muy bien preparado en caldereta. No sé muy bien quien lo preparó, pero desde aquí queremos hacerle llegar nuestro agradecimiento y nuestra enhorabuena por esa preparación tan exquisita.
Las mochuelos fueron directamente a Higuera de Vargas sin pasar por el inicio de ruta, que no fue otro lugar que Santa Marta.
Como de costumbre los Confederados se dieron cita en esta localidad apareciendo algo más de medio centenar de motos para rodar en esta mañana de verano. La visión de tan espectacular columna era digna de regodeo por lo que optamos por circular pegados a la cola para ver como zigzagueaban en las curvas entre El valle de Matamoros y la Parra. La espectación que levantaban al paso por los pueblos era digna de elogio, pues hacía que todos los vecinos salieran a las puertas de sus viviendas al oír el rugir de los motores de nuestras máquinas, de la mano aparecían los mas pequeños y algunos se abrazaban al cuello de sus madres por dicho ruido.
Al final, que era la meta a conseguir llegamos a la Parra por carreteras del siglo pasado, buenas para las customs pues no queremos velocidad y si buenos paisajes con los que deleitar nuestras pupilas y nuestras mentes.

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miércoles, 19 de agosto de 2009

retroceso en el tiempo

Este fin de semana los mochuelos han retrocedido en el tiempo y se han marchado al medievo, al festival medieval de Alburquerque que se representa una vez al año en esta localidad extremeña. En el participan gran parte de los habitantes no solo de la población si no de la zona, vistiéndose de la época y ambientando la población.
El fin de semana ha sido terriblemente caluroso y por ello nos hemos refugiado y acampado en la piscina natural de la Codosera donde pasamos en el agua las horas mas calurosas del día entre helado y helado.
El viaje comenzó temprano con un buen desayuno en Aceuchal. Arrancamos sin prisas parándonos donde se nos apetecía y disfrutando del paisaje y de las curvas de la carretera.
Mamen con su 125 abría la marcha a su ritmo, despacio pero constante, sin temor a las distancias en moto.
El festival y sus representaciones merecen la verna ser visto a pesar de que no se atiene a la realidad. La noche se hace larga esperando las actuaciones, mientras no refrescamos con una cervecita bien fría.
El torneo nos entretiene viendo pelear a espadas, mazas de guerra o hachas a los señores medievales, a su vez podemos contemplar la colosal tormenta que se crea en torno a Badajoz y que poco a poco se nos acerca sin vacilaciones. Por fortuna son cuatro gotas de aguas las que caen, nos alegramos de que por fortuna fuera remitiendo la tormenta que pensábamos que nos mojaríamos al regresar.
El domingo nos levantamos tarde y después de un buen desayuno decidimos recorrer la zona en nuestros corceles metálicos para comer en San Vicente de Alcántara. La tarde se marcha lentamente mientras vamos comiendo kilómetros en dirección a casa.
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miércoles, 5 de agosto de 2009

Combatiendo el calor

En Extremadura es normal que en estas fechas el calor se haga insoportable. Por eso este domingo pasado los mochuelos decidieron poner sus plumas a remojo. Destino buscado: Pantano de Orellana.
Salimos con la fresca para así rodar un poco más a gusto y combatir el calor lo mejor que podemos. A pesar de salir temprano hoy estrena moto nuestra mochuela Mamen, una Daelim DayStar de 125 C.C., moto muy conocida por nosotros. Un poco tensa e indecisa pone rumbo al pantano. Encabeza el grupo al ser la moto más lenta. Pasan las horas, comemos kilómetros y nuestro destino se acerca inexorablemente.
Es mediodía, la hora justa para degustar unas jarritas bien frías de cerveza y algún plato combinado que sacie nuestro hambre.
La tarde va callendo poco a poco y Mamen, valiente como ella sola enfila de nuevo la carretera, con decisión. Varias paradas son necesarias para descansar un poco la espalda o repostar nuestras máquinas.
Terminamos en Aceuchal, nuestra segunda sede dicen algunos. el ambiente reinante es jovial y la atención máxima. Cervecita para refrescar y de nuevo en nuestra moto para continuar viaje a nuestras respectivas casas.
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