San Isidro

A pesar de que casi todos los pueblos del sur de Extremadura han celebrado desde el viernes San Isidro Labrador, la peña no ha parado en sus actividades. Cierto es que el número de miembros ha disminuido considerablemente durante estos días. El viernes, al ser muy pocos los asistentes decidimos cambiar las monturas por un cuatro por cuatro y visitar un castillo que queda fuera del alcance de las motos custom que conducimos. Varios kilómetros de tortuoso camino imposibilitan el acercamiento con nuestras motos. El castillo visitado fue el de Azágala, en la sierra de Santiago, término municipal de Alburquerque. Dejamos el vehículo un poco retirado de sus murallas con la intención de acercarnos a pie. Poco a poco el castillo, abandonado por completo y casi en ruinas, dejaba entrever someramente su pasado esplendor. Ciertamente es, a pesar de su estado, un bello conjunto con unas vistas envidiables. Sentados en lo más alto de sus torres pudimos observar el vuelo de la esquiva cigüeña negra que nos sobrevoló durante un corto periodo de tiempo, pero suficiente como para contemplarla y admirarla. A nuestro alrededor una docena de buitres jugaban con el viento planeando sin el menor esfuerzo.
Recorrimos todas y cada una de las estancias del castillo pudiendo observar las diferentes estilos arquitectónicos que han pasado por el interior de sus murallas, desde el siglo XIII en el que se construyó hasta la última reconstrucción pasada la guerra civil española. Poco a poco, sin darnos cuenta fue cayendo la tarde tras el horizonte. Sin ganas ninguna de abandonar tan impresionante lugar llegó la hora de regresar. Nos fuimos con la certeza de haber completado un día difícil de olvidar. Fotos del castillo aquí
El sábado, aun saboreando la aventura del día anterior pusimos rumbo a la Albuera, ahora tocaba rememorar la batalla que aconteció en esta población en la guerra de la Independencia Española el 16 de mayo de 1811. La puesta en escena resultó ser espectacular y francamente quedamos satisfechos. Un alubión de uniformes de la época desfiló ante el abundante público que se dio cita. Pudimos hacernos una leve idea de lo que debió ser la batalla y su dureza. Los cañones no paraban de vomitar fuego, el ruido era ensordecedor. Los disparos de los mosquetes, las ordenes de los oficiales, los gritos de ataque de los soldados aumentaba esa sensación y junto con el olor a pólvora nos sumió en ese trágico acontecimiento. Terminamos cenando a las afueras de la población y surgió un pequeño debate sobre la contienda donde coincidimos en el pavor que se debe sentir ante tanta descarga de fusilería y cañones mientras otros a caballo cargan sin conocimiento sobre tu posición. Fotos batalla: Mamen, Maite, Polvorilla, Fran y Kapy
El domingo tocó lo inevitable, la romería de San Isidro, pero antes una corta ruta visitando el castillo de Medina de las Torres y la casa fuerte de Valencia del Ventoso donde aprovechamos la oportunidad para ver un menhir.
Pasamos la velada con un montón de amigos y los familiares de nuestro querido amigo Juan que nos agasajaron hasta no poder más.
Terminamos el fin de semana alrededor de un buen café en Fuente de Cantos.
Fotos de Mamen y Polvorilla

Como anecdota recordaremos que a Kapy se le acabó la gasolina cuando ruteabamos dirección Valverde de Leganes y que se necesitaron nada menos que 5 tios para echar en el depósito 3 litros de combustible.