Este largo fin de semana los mochuelos se han diversificado en sus habituales actividades. Dado que la atención principal se ha centrado en el campeonato de motociclismo de Jerez no se han preparado actividades ni rutas alternativas. Cada uno se ha creado su propia agenda para este puente del 1 de mayo.
El viernes temprano varios mochuelos partieron para estar en el campeonato de motociclismo en Jerez. La emoción del momento no calentó a los conductores y rodaron con prudencia. Se detuvieron en Monesterio para desayunar con los compañeros que venían de Salvatierra de los Barros. Tras un buen desayuno cargado de buen ambiente y no exento de múltiples bromas y buen humor enfilaron rumbo sur. Para algunos esta fue la frontera y tuvieron que retroceder para atender las obligaciones. Otros dispuestos a pasar un puente entre el ensordecedor rugir de los motores y el olor a gasolina.
El sábado volaron a Córdoba a pasar el día, muy caluroso por cierto, pero entrañable. Visita a la Mezquita, a los patios cordobeses cargados de flores y macetas, Al Alcazar de los Reyes Católicos y un buen paseo por las frescas calles de la Judería. Degustción de la gastronomía popular y vuelta para casa al caer la tarde.
El domingo parten de ruta por la divisoria de pueblos entre Badajoz y Córdoba. Con el fabuloso día que amaneció y la ausencia casi total de vehículos por la carretera apetecía rodar con la moto. Visita inesperada y admiración por otro tipo de vehículos muy curiosos, los autogiros, explicación de su construcción, funcionamiento y manejo. Quedamos emplazados para una visita más detallada y lucrativa. A medio día cada uno en su nido y a disfrutar de la familia.
Al mismo tiempo otros mochuelos ruedan en dirección contraria, dirección Aceuchal. Visita rápida a compañeros que no pueden salir y a comer a Mérida. Tras un chorreante almuerzo parten para visitar el nuevo concesionario de Harley Davidson donde se refrescan en el espacioso bar decorado con motivos de la firma. Lo más curioso del locas su grifo de cerveza.
Terminan la tarde nuevamente en Aceuchal para tomar café y poner los dientes largos al personal. Poco a poco cae la tarde y como siempre la luna nos saluda en la carretera desde lo más alto del negro cielo.
El viernes temprano varios mochuelos partieron para estar en el campeonato de motociclismo en Jerez. La emoción del momento no calentó a los conductores y rodaron con prudencia. Se detuvieron en Monesterio para desayunar con los compañeros que venían de Salvatierra de los Barros. Tras un buen desayuno cargado de buen ambiente y no exento de múltiples bromas y buen humor enfilaron rumbo sur. Para algunos esta fue la frontera y tuvieron que retroceder para atender las obligaciones. Otros dispuestos a pasar un puente entre el ensordecedor rugir de los motores y el olor a gasolina.
El sábado volaron a Córdoba a pasar el día, muy caluroso por cierto, pero entrañable. Visita a la Mezquita, a los patios cordobeses cargados de flores y macetas, Al Alcazar de los Reyes Católicos y un buen paseo por las frescas calles de la Judería. Degustción de la gastronomía popular y vuelta para casa al caer la tarde.
El domingo parten de ruta por la divisoria de pueblos entre Badajoz y Córdoba. Con el fabuloso día que amaneció y la ausencia casi total de vehículos por la carretera apetecía rodar con la moto. Visita inesperada y admiración por otro tipo de vehículos muy curiosos, los autogiros, explicación de su construcción, funcionamiento y manejo. Quedamos emplazados para una visita más detallada y lucrativa. A medio día cada uno en su nido y a disfrutar de la familia.
Al mismo tiempo otros mochuelos ruedan en dirección contraria, dirección Aceuchal. Visita rápida a compañeros que no pueden salir y a comer a Mérida. Tras un chorreante almuerzo parten para visitar el nuevo concesionario de Harley Davidson donde se refrescan en el espacioso bar decorado con motivos de la firma. Lo más curioso del locas su grifo de cerveza.
Terminan la tarde nuevamente en Aceuchal para tomar café y poner los dientes largos al personal. Poco a poco cae la tarde y como siempre la luna nos saluda en la carretera desde lo más alto del negro cielo.
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