lunes, 23 de marzo de 2009

En las entrañas de la tierra

Más de 70 moteros de diferentes peñas nos dimos cita en las cuevas de Fuentes de León (Ajo Veloz, Los Confederados, Los Mochuelos...). Llegamos un poco tarde y desorganizados pero llegamos. Marisa y Eulogio, los pacientes guardas ya nos esperaban en la entrada de las cuevas. Cada uno de los guardas se llevó un grupo y el tercero se lo dieron voluntariamente a Kapy conocedor de este enclave por trabajar en las excavaciones. Repartidos ya en tres grupos dimos comienzo a la visita de las cuatro cuevas de origen kárstico que se prolongó durante toda la mañana. Cada una de ellas con una temática diferente. Cueva del Agua con su lago interno y su colonia de murciélagos, cueva de los Caballos con su enorme colada y su santuario romano, Masero y sus hermosas estalactitas, estalagmitas, velos, banderas y otras formaciones o espeleotemas; pero de todas la que más impacto causó en los visitantes fue la cueva de Postes con su impresionante yacimiento en proceso de excavación. Aquí pudimos observar como se lleva a cabo una excavación arqueológica. Vimos las unidades estratigráficas marcadas en el corte de lo excavado, las cuerdecitas que cuelgan del techo de la cueva que nos indica la posición exacta (cuadrante) donde se localizan los restos encontrados, los diferentes niveles que se han excavado, algunos restos óseos y la nueva galería descubierta en 2008 y que promete dar buenos resultados en las próximas campañas. También pudimos observar como la cueva ha cobrado su pequeño tributo antes de ofrecernos todos sus tesoros arqueológicos. Ha hecho suya una pequeña vasija romana que ha quedado atrapada en una enorme estalactita, uno de los postes que da nombre a esta cueva. Nos cuentan como se pudo constatar que sus habitantes, una comunidad neolítica de hace unos 3.500 años antes de Cristo practicaban el canibalismo tras los hallazgos de huesos descarnados, cocinados y desgarrados que aparecieron en su interior. También se halló en su interior el primer craneo trepanado del Neolítico de Extremadura y un enterramiento con más de 60 esqueletos de hombres, mujeres y niños.
No menos importante es el entorno donde se encuentra este monumento natural que pudimos recorrer a pie mientras nos desplazábamos de cueva a cueva entre encinas, alcornoques, coscojas, durillo, lentisco y majuelos entre otros . Observamos con detenimiento las primeras rosas de Alejandría (Paeonia broteroi) que han florecido esta temporada.
Sobre las dos y media de la tarde dimos por concluida la visita a estas interesantísimas cuevas y nos despedimos de Marisa y Eulógio a los que agradecemos su paciencia, atención prestada, dedicación y compromiso personal con este enclave de inclaculable valor cultural y medioambiental. Hasta las cinco de la tarde estuvimos comiendo, sobre todo pan, pues la comida tardó en hacerse, pero ni siquiera el hambre o la desesperación pudo quitarnos el buen rato que pasamos los que allí quedamos.
Para completar la tarde nos detuvimos en el castillo de Segura de León donde no faltó el cruce de espadas en un cruel combate entre los aguerridos moteros presentes por conseguir los parabienes de la hermana gemela del Polvorilla que se hizo presente aunque eso si, no hubo ni una gota de sangre derramada y al final terminaron nombrándose "caballeros moteros" por lo bien que lucharon (quedaron en tablas por lo que ninguno se llevó a la Polvorilla al huerto). Sin tener nada preparado de antemano pudimos ver como estos chicos desarrollaron una actividad de la que no teníamos conocimiento alguno y blandiendo la marra con gracia nos dieron un buen espectáculo. Que no te lo crees, pues mira las fotos aquí (Kapy) y aquí (Mamen)

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