Se ha tardado en escribir este artículo, pero era necesario saborear cada detalle, cada viviencia que hayamos podido experimentar en esta inolvidable aventura antes de contarla en nuestro blog. Disculpadnos por esta tardanza pero para nosotros era imprescindible
El pasado domingo se dio por concluida la 1ª Vuelta a Extremadura en Moto. Harían falta muchas horas para describir todas las sensaciones vividas en estos dos intensos días que ha durado esta aventura motera y la verdad es que cuesta mucho plasmarla por escrito, por lo que nos ceñiremos a una breve descripción de estos dos días y de casi el millar de kilómetros recorridos
Nos damos cita en la plaza alta de Badajoz. Poco a poco empiezan a llegar motos hasta completar el número de inscritos. Han llegado de todos los rincones de Extremadura para hacer realidad este sueño que un día concibiera Ricardo y que no pudo hacer realidad, a pesar de todo hoy se encuentra entre nosotros y su viuda acompaña a los participantes de esta vuelta en el coche escoba como homenaje a este gran ausente.
La mañana amanece fresca pero ideal para rodar. Se preparan los grupos, cuatro en total para no colapsar la carretera y hacer más segura la conducción de todos los usuarios.
Primera parada en Valencia de Alcántara para desayunar. Unos migas, otros tostadas, alguno madalenas, todos satisfechos, con una sonrisa en la cara dispuestos a comer kilómetros en buena compañía. El paisaje es espléndido y está en todo su apogeo. Gracias a las abundantes lluvias invernales la hierba y las flores lo inundan todo, una explosión de colores y olores nos asaltan a cada kilómetros que consumimos.
La velocidad moderada. Lo que marca la vía por donde rodamos. Nos acercamos a Alcántara. Delante del majestuoso puente romano realizamos la foto de grupo, todos apiñados, todos unidos, todos con las bromas. Aprovechamos esta parada para limpiar las viseras de los cascos de tanto mosquito muerto en carretera, y aquí si que hay bajas. Poco después entramos en territorio de las Hurdes. El paisaje como en los tramos anteriores es espectacular a pesar de que no podemos detenernos a contemplarlo, una lástima. Hay que cumplir los tiempos estipulados para no retrasar en demasía los servicios hosteleros contratados, en este caso el almuerzo de mediodía.
Recorremos Gata, sus pequeños pueblos tan típicos de una cultura ancestral nos hace pensar cuan dura sería la vida de nuestros antepasados en estos aislados pueblos, a pesar de que hoy en día los medios y las vías de comunicación han cambiado y el flujo turístico llega hasta los más olvidados rincones de nuestra querida tierra.
Llegamos a Hervás. Nos detenemos en el camping para el almuerzo. Llenamos el recinto con nuestras máquinas infernales y entramos en tropel al restaurante. Venimos secos y todos deseamos una cervecita bien fría. Las chicas que nos atienden se deshacen para atender a tanto motero llegados de golpe, poco a poco van aplacando la sed de cada uno.
El ambiente es distendido y aprovechamos estas oportunidades para cambiar impresiones con otros compañeros que o bien aun no conocemos o bien no coincidimos muchas veces en nuestras salidas. La comida se presta a esto y hace más relajado el contacto.
Terminada la comida y atacado el café nos disponemos a continuar la etapa señalada para hoy no sin antes realizar un emotivo brindis por Ricardo. Desde Hervas directos a Plasencia. Recorremos ahora la comarca de La Vera pasando por Jaraíz de la Vera en dirección a Navalmoral de la Mata.
Nos adentramos en la comarca de los Ibores. Atravesamos los espectaculares berrocales graníticos que conforman un paisaje con personalidad propia en el que podemos, con un poco de imaginación, disfrutar de numerosas formas y figuras pétreas que el tiempo ha ido esculpiendo con paciencia y dedicación.
La entrada en Guadalupe la hacemos agrupados. La espectación de los visitantes en esta histórica población va en aumento conforme van llegando moto tras moto, de todos los tipos, de todos los modelos, de todos los colores. Pronto nos rodean un buen número de turistas con sus cámaras en mano, nosotros nos disponemos a hacer la foto de grupo delante del Monasterio. Llenamos la plaza, el tráfico se hace intenso, pero nadie protesta. Todos detienen su vehículos para participar de algún modo en el espectáculo que hemos formado. Tras realizar las fotos montamos en nuestras motos y partimos dirección Cañamero. Antes de abandonar la población numerosas personas se agrupan en las aceras para despedir a los participantes.
Antes de dejar nuestras motos en el hotel nos dirigimos en bloque al surtidor de gasolina. Recogemos las motos en el aparcamiento del hotel y nos disponemos a cenar.
Tras la cena cada uno dispone su tiempo de la mejor manera que se le ocurre, unos marchan a dormir y estar más frescos a la mañana siguiente. Otros se reunen en la barra del hotel para tomar unas copas, otros nos marchamos a la zona de copas de la población. Estamos un rato en la discoteca pero uno tras otro la vamos dejando sola, preferimos sentarnos fuera y charlar entre nosotros. Se empiezan a consolidar los grupitos de amigos. Nos dirigimos al hotel, es tarde. Al llegar un pequeño grupo decide que es pronto para dormir y volvemos para tomar unas cervezas más tranquilos. Miembros del Sektor Belloto se suman al ya mítico lema mochuelil de "ya que estamos aquí habrá que cerrar los bares" y así ocurre. A la mañana siguiente somos los segundos en pedir café en el bar del hotel.
Rodamos despacio la mañana del domingo, el paisaje merece una atención especial. Nos dirigimos al embalse de Gracia de Sola y Orellana. En este paramos para la foto de grupo. Algunos se despistan y toman otra ruta. Pronto estamos todos juntos de nuevo. Este despiste nos da la opción de disfrutar de la avifauna de la zona. Nos sobrevuelan buitres leonados, alimoches, águilas perdiceras y una pareja de cigüeñas negras entre otras lindezas. Nos hemos retrasado un poco según lo previsto, por tanto la organización y los cabeza de grupos deciden acortar la ruta en el tramo que nos conducía hacia Herrera del Duque y nos vamos directos a Puebla de Alcocer.
A la entrada de Cabeza del Buey se unen los cuatro grupos formados. La televisión local espera en esta población para grabar el paso de los moteros y entrevistar al organizador. El cámara también pone especial atención en las chicas que vienen conduciendo sus propias máquinas entrevistando a una de ellas. Repostamos combustible y partimos hacia nuestros siguientes destinos, Peraleda del Zaucejo y Azuaga.
Con un intenso calor llegamos a Llerena donde paramos a comer. El calor hace estragos en el personal, el aire es muy caliente y termina quemando la piel, a la vez que se hace más cansada la conducción de la moto. A pesar de que en la comitiva viaja algún mochuelo, se echa en falta una representación más nutrida de sus miembros en este punto. Despedimos a Ana (viuda de Ricardo) con un brindis en su honor. Emotiva despedida.
Partimos dirección Monesterio, Fregenal de la Sierra y Oliva de la Frontera, nueva parada para deleitarnos con sus afamados dulces, algunos y aunque no se quiera reconocer yo diría que todos repetimos tan exquisito manjar. Como viene ya siendo habitual nos hacemos notar entre la población, las bromas, las risas y el buen ambiente reinante inunda la plaza de esta población.
La aventura toca casi a su fin, desde aquí directos a Badajoz para concluirla. Entrando en la capital del reino nos llega la noticia con el inmenso bullicio de la gente de que el equipo de fútbol de Badajoz ha ganado y ascendido a segunda B, esto hace que casi toda la población se den cita en sus calle e imposibilita en gran medida la circulación. Nos apiñamos y ocupamos un carril para no perdernos en el intenso tráfico reinante.
Llegamos, no sin cierta pena a la Plaza Alta. Posicionamos las motos para la fotografía final. Toca la despedida. Abrazos, besos, apretones de manos y una conclusión final, ¿cuando empezamos con la segunda vuelta?
Nos hemos paseado por casi todas las comarcas extremeñas aunque nos hubiera gustado recorrerlas todas. Ha sido inevitable dejarnos estas cinco: Cáceres, Trujillo, Don Benito, Mérida y Tierra de Barros. La organización tiene una deuda pendiente con los participantes y con las comarcas excluidas, así que desde aquí una propuesta: pasar por todas en la 2ª Vuelta a Extremadura en Moto.
A pesar de la gran cantidad de kilómetros realizados, 954 por eliminar el tramo de Herrera del Duque, de los maravillosos paisajes que hemos visto pasar delante de nosotros, de que la organización ha sido excelente, de que hemos dado ejemplo de buena conducción y respeto al resto de conductores, lo mejor de todo, sin duda alguna, ha sido la extraordinaria convivencia entre todos los miembros participantes en esta aventura, algo que seguro será difícil de olvidar.