De regreso de Faro

Cansados pero plenamente satisfechos de estos cuatro días rodeados de motos y buena gente.
Como era de suponer salimos con las miras muy altas para pasar una buena concentración. Lo primero fue buscar un buen sitio alejados del mundanal ruido de la noche, aunque en realidad poco importa pues cuando te vas a dormir casi ha salido el sol y te duerme en cualquier sitio. A pesar de esto nos han tocado, en nuestra opinión, un grupito de portugueses que debieron de ser los expulsados de casa, sin educación alguna, mal beber y con un humor subido de tono y muy soez. Molestaron a todo el mundo todas la noches de la concentración, tanto es así que creíamos que habría enfrentamiento físico entre el personal acampado, ganas no faltaron aunque nos reprimimos en exceso. Alguno hubo que salió a las cinco de la mañana con el casco en la mano dispuesto a solventar el asunto. Alguno de ellos pidió calma a sus colegas y lograron alejarlos del lugar con lo que los ánimos se relajaron. La organización no se dejó ver a pesar de las voces y el escándalo que tenían formado. También este año se han escuchado acelerones y cortes, reventado motor, algo inconcebible otros años, por tanto este año le daremos un punto negativo a la propia organización que se ha relajado en exceso y ha permitido que la gente se exceda en molestar a los acampados.
De lo mejor como casi siempre, los conciertos que podemos ver en vivo y en directo, el primero Loquillo, enamorando a todo el personal asistente, con un concierto de los que enganchan y el segundo gran espectáculo Europe, la gran banda sueca de hard rock mas importante del hair metal no americano que llenó por completo la plaza y mantuvo vivo los ánimos del personal hasta bien avanzada la madrugada. Entre medias nos sorprendió un grupo que no conocíamos Fatal Smile con una actuación soberbia.
El sitio ha cambiado bastante con respecto al año pasado, el pinar de acampada ha cambiado de lugar y ahora todo está como más recogidito pero con espacio suficiente como para dar cabida a la ingente cantidad de motos que se dieron cita en esta población. Las playas se llenaron hasta la bandera y en los chiringuitos de la playa no cabía un alfiler más. Pudimos ver una vez mas como la carretera y el puente que nos lleva a la playa se llenaba de motos
Otro punto de máximo interés recayó sobre las motos transformadas y las construidas para esta ocasión, se pudieron ver verdaderas maravillas de construcción cargadas de creatividad. Entre ellas pudimos ver las creaciones de nuestro amigo pacense JP Choppers. También pudimos contemplar una de las máquinas creadas o construidas por O.C.C.
Me sorprendió, después de tanta polémica creada en España tras la detención de sus dirigentes y desmantelamiento del moto club en Barcelona, ver a miembros de la mítica banda motera americana Hells Angels tanto de Los Angeles, de New York como de Portugal y curioso mensaje el que mantenían escrito en una pizarra a plena vista para los más osados “Abstenerse los bastardos de venir aquí”, todo queda dicho.
Muchos puestos de ventas, para todos los gustos y presupuestos. Algunos de ellos muy conocidos por nosotros como “custom Z spain” y “the house of de biker” entre otros.
También pudimos ver otras peñas amigas como ajo veloz, los templarios, sektor belloto, confederados, los pelagatos… y echamos en falta a mucho colegas que por una u otra razón este año han faltado, desde aquí un saludo de aliento y deseando que para el año que viene puedan estar entre nosotros y ese saludo entrañable para los que después de mucho tiempo volvimos a vernos en Faro y como no, uno muy especial para Nieves que por fin pudimos encontrarnos después de muchas vueltas y cuando menos lo esperaba.
Para culminar tanta fiesta decidimos venirnos por la nacional en lugar de la autovía y paramos a comer en Tavira, además de darnos un bañito en sus playas. Cruzamos hacia la isla de Tavira en un pequeño barco dispuesto para llevar a la gente a sus playas, los dos niños que nos acompañaban lo pasaron genial a pesar de los revolcones que nos dieron las enormes olas que llegaban a la playa, no respetaron ni a chicos ni a grandes. Terminamos de comer a las siete y cuarto de la tarde. Se ha quedado entre nosotros como una jornada digna de recordar por mucho tiempo. Fotos de Mamen aquí y las de Kapy aqui